Asistiré esta tarde con Javier a un acto que los socialistas coruñeses organizamos en todas las campañas; un acto en el que ponemos en valor los avances que se han producido en materia de igualdad y reivindicamos lo que queda por hacer.
Siempre me hago la misma reflexión cuando preparo un acto de estas características y es que siempre comienzo pensando en la historia de las mujeres. Y es que nada tiene que ver mi generación, la de mi madre o la de mi abuela con la generación actual, la generación de las chicas jóvenes que ya han conocido otra etapa; una etapa de igual acceso a la educación, de derechos iguales, de independencia económica... Reconozco que desde esta perspectiva me motiva especialmente vivir en esta época y poder asistir a actos que como el de hoy, reunen a mujeres de muy distintas generaciones.
Y en esta ocasión, acudo con la sensación de que sin pasarme, sé que voy a poder presumir, presumir de ser diputada de un partido que sustenta a un gobierno que ha aprobado la Ley para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres, más conocida como Ley de Igualdad. Pero pongo el nombre completo porque creo que refleja claramente el sentir de quienes la han propiciado, de las socialistas y de los socialistas. Una iniciativa estratégica del gobierno de Zapatero que además era un compromiso electoral y ahora ya es una realidad. Una ley que tiene por objetivos hacer real y efectivo el principio de igualdad y eliminar cualquier tipo de discriminación por razón de sexo. Y sobre todo, una ley que supone un cambio social de primer orden: la igualdad de oportunidades para las mujeres es un derecho legal.
Pero además de la Ley de Igualdad, hay otra serie de iniciativas en las que he participado como Presidenta de la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales del Congreso de los Diputados y que de uno u otro modo, contribuyen a reforzar ese equilibrio, esa conciliación entra la vida familiar, la profesional y la personal. Es el caso de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y atención a las personas en situación de dependencia, que conocemos como Ley de Dependencia. Pero hay más, las ayudas de 2.500 euros por cada nuevo hijo, que siempre ayudan, el nuevo permiso de paternidad, la mejora del permiso de maternidad en caso de parto múltiple, un plan de infancia y adolescencia o los incentivos a la contratación indefinida de mujeres reincorporadas tras cinco años de inactividad.
Y podría seguir... Pero lo mejor, es que nuestro programa electoral no pierde la intensidad. A todas las mujeres que me acompañen hoy en el acto les diré que lo hecho es un orgullo, pero es también un orgullo lo que proponemos en nuestro programa para la próxima legislatura.